Cuando nada tengo para ofrecer en mis manos, es cuando doy lo más valioso que hay en mi.
Aprendiendo a caminar, a confiar y a dar sin esperar, siempre agradecida...
Porque el camino no siempre es el deseado, pero siempre es hermoso lo que nos enseña...
Y el equilibrio debe ser un constante necesario en nuestra vida, en todas y cada una de ellas...
Desde el origen, cuando solo somos ternura e inocencia, anhelando como tonico vital,
el calor de un abrazo...
Hasta el ocaso.
Donde nos despojamos de todo y nos dejamos llenar de ese abrazo siempre existente
e incondicional
Para volver a ser lo que somos- Amor Universal
No hay comentarios:
Publicar un comentario