En un susurro, al oído… Alma mía
Alma
que vagas errante sobre las aguas
salinas
luces
pequeña y triste entre sollozos y espinas.
Apenas te ves las alas y vestida solo con la brisa
ruegas
y buscas sin perder de vista el sendero
que
quieres te lleve a la aurora del renacer…
Alma
serena y dulce, dulce alma como la miel,
estrechas
tu mirar no alcanzas a saber
que apenas
dejes de buscar y vueles en alas del Ser
encontrarás todo lo que tu alma ansia por saber.
Desde
la paz y en armonía constante
con
abrazos tiernos al llanto y al cansancio
del oscuro viaje,
déjate
mecer por el alba, por las mansas y salinas aguas
del
refugio amante…
Alma
errante, paciente y serena que luces
titilante,
no te
das cuenta pequeña Luz blanquecina y tímida
que
vas regalando del Ser, razón,
tendiendo tu mano con amorosa
ingenuidad
compartiendo
tiernas caricias… Cuanto bien
cuanto
amor, cuanta paz derramas con tu
inocente sonrisa
Siempre
sola. Siempre quietud. Siempre hermosa.
Tú, siempre
eres y serás Vida